Cuando Albert Einstein se sintió frustrado porque nadie era capaz de tomarse el tiempo y leer sus ideas, no se rindió y siguió intentando hasta que alguien lo entendiera y creyera igual que él.
Las ideas vienen y van, cuando creemos que son las mejores pero pocos o nadie ve lo que nosotros sí, no sólo sentimos frustración por un momento sino que también vienen muchas preguntas a nuestra mente. ¿Estoy fallando en algo? ¿Acaso nadie es capaz de valorar mi idea? ¿Lo estoy compartiendo con las personas equivocadas?
Al igual que Einstein recibió muchos rechazos constantemente, pudo demostrar su teoría, su idea y ser escuchado por las personas más influyentes, preparadas y visionarias de aquella época.
Aquellas ideas que vienen a nuestra mente como esto que están leyendo, si algo es bueno siempre habrá la manera para desarrollarlo y hacerlo realidad, no hay que dejar de buscar.
Escrito por: Samantha Jijón Gagliardo
