"Historias de ficción en construcción" es una nueva sección que encontrarán en mi blog. Serán historias y cuentos de mi autoría con mucha imaginación y fantasía. Espero les guste y disfruten leer al igual que es para mi escribirlos. ¡Los dejo con la primera historia!
La silla olvidada
Una silla olvidada se encontraba en el rincón de una casa. Es
diferente a las demás; esta tiene sentimientos, puede pensar y tiene la
posibilidad de hablar, solo que nadie lo sabe porque no puede ser escuchada.
Para sus dueños es como cualquier otra silla de madera, un ser inerte que nadie
usa desde hace mucho tiempo.
Sin ser un objeto extraordinario por su diseño, la silla
olvidada fue hecha por un gran artesano que dedicó varios días en realizarla.
Fue pensada en comodidad y durabilidad, sin dejar de lado lo encantador que
tiene un objeto cuando lo realiza un experimentado artesano.
La silla olvidada sentía tristeza porque ya no era incluida
en las visitas que tenían sus dueños o en la hora de comer. Ya no era la silla
escogida para tomar el café de la tarde o para distraer la mente con un buen
libro. Los sentimientos de la pobre silla que había sido creada con mucha
emoción ya no encontraba el sentido de su existencia si no estaba siendo usada.
En algún momento pensó: ¿por qué con la madera resistente con
la que estaba elaborada, no la habían hecho una cómoda? así se sentiría útil de
guardar cosas, o ser el marco de un lindo espejo, ya que cada día alguien se
acercaría para verse.
La silla olvidada creyó escuchar un día que la llevarían a
otro lugar, que sería regalada, en ese momento entró en crisis, deseó poderse
mover y ser escuchada; decirle a sus dueños que lo que más quería en todo el
mundo era permanecer allí, aunque no la utilizaran deseaba quedarse en su hogar
junto a ellos.
Llegó el día en que la hija menor, que ya era adulta. Le
informó a su mamá que era el día de llevarse la silla. ¡Lo peor estaba a punto de ocurrir!
La silla olvidada se puso tan triste que al levantarla la hija menor la sintió
más pesada, no mencionó nada y se la llevó.
Una semana después el señor de la casa recibió una llamada:
-Sí, esa es nuestra silla, gracias por avisar, por la tarde irá mi hija.
¡Algo había ocurrido con la silla! ¿La estaban devolviendo
del lugar en dónde la habían regalado? ¿Acaso era tan poco atractiva e incómoda
que nadie la quería tener?
Ya casi eran las 4pm cuando llegó a casa la hija menor
trayendo algunas cosas, entre esas cosas se encontraba la silla olvidada. -¡Qué
linda! Dijo la mamá con mucha emoción, la renovaron como tú la pediste. -¡Sí!
Respondió la hija. Quedé muy contenta con el trabajo del artesano, que al verla
la recordó cuando la hizo, y se puso muy contento de saber que todavía la
conservamos.
¿Qué había pasado? Lo cierto es que la familia nunca quiso
regalar la silla. La hija menor al ver que sus padres ya no la utilizaban
mucho, les pidió si se la podían regalar, para que haga juego con su escritorio
nuevo que estaba en su cuarto. ¡Quedaba
perfecta! Sus padres sin pensarlo, dijeron que sí.
La silla olvidada al estar lejos y triste no logró escuchar
muy bien aquella conversación, al mencionar que se la llevarían para renovarla
pensó que la iban a regalar.
La silla olvidada ahora era una silla restaurada y con mucho
color, y por supuesto muy feliz de estar nuevamente en casa.
No pasó mucho tiempo para que la hija menor la lleve a su
cuarto para ver como quedaba con su escritorio nuevo; quedó como lo había
imaginado. Aquellos colores y diseño con los que se identificaba con su
trabajo. Ella escribía poesía.
Desde aquel momento la silla fue su amiga, aquella que escuchaba
sus nuevos poemas y otras veces veía la frustración cuando no podía completar
alguno. La silla que en su momento se sintió olvidada, ahora era una parte
importante del proceso creativo de la escritora de esos bellos poemas.
Siempre que la hija menor veía los colores de la silla, sentía
motivación para seguir escribiendo.
Escrito por: Samantha Jijón Gagliardo
Cuento publicado en Medio Digital Cultura Colectiva el 13 de julio del 2018
Felicitaciones Sami por la nueva sección de Historias de Ficción.
ResponderEliminarMuy interesante "LA SILLA OLVIDADA" me enganche y me identifiqué con la silla.
Felicitaciones !!!
¡Muchas gracias! :)
EliminarQuerida Sami felicitaciones..al leer tan interesante artículo trajiste a mi mente una frase q mi madre solía repetirnos.. cuando crezcan, no se olvidarán de mí y sea como un objeto mas.. ahí aplica perfectamente "LA SILLA OLVIDADA". Seguidora fiel de tus artículos mi escritora favorita.. éxitos.. sigue así!!
ResponderEliminarGracias, Flor Amada por tu valiosa opinión. ¡Saludos!
Eliminar¡Muy bueno!
ResponderEliminarGracias Santiago por leer.
EliminarHERMOSO, MUCHAS VECES EN CIERTAS CIRCUNSTANCIAS ME HE SENTIDO COMO LA PRECIOSA SILLA
ResponderEliminarConi, muchas gracias por leer. ¡Saludos!
EliminarHermoso Sami!.Felicitaciones!!
ResponderEliminarGracias Shila, me alegro que le haya gustado. ¡Un abrazo! :)
EliminarUnx a veces se siente como tú silla. No tiraremos la toalla. Gracias por tu historia, espero leer muchas más.
ResponderEliminarGracias Ana, que bueno que le gustó leer la primera historia; vienen muchas en camino. ¡Saludos!
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